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martes, 1 de enero de 2013

UN NUEVO AMANECER 2013, Cristo te ama...Aleluya.


Martes, 01 de Enero de 2013  (jeep).

Terminó un año, se fue al parecer muy rápido sin darnos tiempo de reaccionar y hacer las cosas planificadas que quedaron truncas. El balance personal nos permite saber hasta dónde cumplimos con el Señor, para ver cumplidas las promesas de nuestro Dios todopoderoso plasmadas en realidad en nuestras vidas. Un año que pasó para algunos con tremendas victorias, para otros con  dolorosas derrotas.
Para muchos las derrotas, les ha dado una imagen errónea de Dios, creyendo que por tener un Dios sumamente ocupado, no fueron atendidos en sus demandas sin haber leído por lo menos una sola vez Números 23: 19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? O ratificado en lo que  enseña 2 Corintios 1: 20-22, Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
Tenemos que entender de una vez por todas que Dios no sólo escucha; el también habla con voz audible. El Señor quiere hacerte saber acerca de Sus propósitos, y cuando Él dice algo, tengamos por cierto que es SÍ y es AMÉN.
Dios, a diferencia de los hombres, ni miente ni exagera; y cuando dice algo, de seguro es que lo prometido lo cumplirá, a no ser que tú le hayas fallado o incumplido, quizás le pusiste plazo para que te atienda en tu demanda pero quiero decirte que podemos confiar que lo que nos diga, él lo cumplirá en su tiempo y a su manera.

Diferentes tipos de promesa
Existen las promesas que Dios nos ha dejado en Su Palabra y que son muchas; y existen las promesas que Dios nos hace a título personal, y que también podemos creer, porque Él las cumplirá en su momento.

La promesa que Dios le dio a David de ser rey de Israel

1 Samuel 16: 11-13 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. 12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. 13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.
Dios había decidido quitarle el reino a Saúl, y dárselo a David. Para ello, envió a Samuel para que al final le ungiese, y lo hizo, pero David no recibió el reino inmediatamente, sino que una vez habiendo sido ungido para ser rey, tuvo que esperar el cumplimiento de la promesa de Dios, y tuvo que esperar 15 años. David supo esperar el cumplimiento de la promesa de Dios de que iba a ser rey, en esa espera tuvo que soportar muchas “circunstancias difíciles”, sobre todo provenientes  del   todavía   rey Saúl, y que después fue llevado por demonios, le quería matar (1 Samuel 18: 9-11, 25, 28; 19: 1, 2 etc.)
David tuvo que huir varias veces de Saúl que le quería matar (1 Samuel 21; 22)
Saúl no dudó en matar a los sacerdotes de Jehová como represalia por haber ayudado a David.
Saúl siguió persiguiendo a muerte a David (1 Samuel 23). El odio de Saúl era el odio del propio Satanás contra el ungido de Dios, David.
Pasaron bastantes años hasta que Saúl por fin murió (1 Samuel 31).
Pero aun y así, no fue David inmediatamente coronado como rey, porque muerto Saúl, se levantó oposición por parte de Abner, general de Saúl. Este hombre, por su cuenta, levantó a Is-boset, hijo de Saúl, como rey (2 Samuel 2: 8-10), y reinó sobre Israel durante dos años.
Tantas cosas negativas ocurrieron, que parecía que aquel ungimiento que David recibiera por parte de Dios a través de Samuel; aquella promesa de que David iba a ser rey sobre Israel, jamás iba a acontecer…pero llegado el día y la hora, aconteció.
(2 Samuel 5: 1-5) Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. 2 Y aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. 3 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. 4 Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5 En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
Curiosamente, también Jesús de Nazaret recibió el ministerio a la edad de 30 años. Las promesas de Dios son en el sí y  fieles de cumplimiento en el momento de Dios, Se cumplen en un momento dado, por eso son promesas.

Debemos esperar el cumplimiento de la promesa en la paz de Cristo

Muchas veces, cuando parece que jamás se cumplirá lo que Dios ha prometido, es cuando viene el momento de su cumplimiento, en ese momento será fundamental nuestra fe y esperanza en el Señor. Por ello, nuestra espera hasta el cumplimiento de la promesa del Señor deberá ser en la paz de Cristo, jamás en el afán y la ansiedad.

Esperar el tiempo hasta que se cumplan las promesas de Dios

En ese lapso de tiempo que va desde que Dios anuncia su promesa, hasta que se cumple, ocurren muchas cosas; a veces el tiempo es más largo, a veces es más corto, pero siempre existe un lapso de tiempo.
Normalmente se levanta mucha oposición de parte del enemigo para intentar disuadir al creyente a que abandone toda esperanza acerca de la promesa que Dios le ha dado. 

NUESTRA FE ES PROBADA CUANDO DIOS NOS DA UNA PROMESA, HASTA QUE ESTA SE CUMPLE.

El camino del cumplimiento de la promesa no es fácil, pero muy importante para nuestro crecimiento en fe y en dependencia de Dios, cuanto más se demore el cumplimiento de la promesa, siempre que sea por causas ajenas a nosotros, mayor es el trato de Dios con cada uno de nosotros. Eso implica que el Señor está haciendo cosas inmensas en nosotros.

Diferentes promesas de Dios para nuestras vidas

Dios nos ha dado diferentes promesas, las cuales Él cumple en la medida en que nosotros también nos disponemos a hacer nuestra parte de obediencia y sumisión a Su voluntad. Tenemos el derecho de aferrarnos a ellas, ya que Dios se ha comprometido a cumplirlas. Veamos algunas de ellas:

Promesas para el afligido

Salmo 30: 5 Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.
Salmo 34: 19 Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.
Mateo 28: 20…he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Juan 16: 33 En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Isaías 43: 1, 2 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
2 Corintios 4: 17, 18 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Salmo 12: 5 Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; pondré en salvo al que por ello suspira, y muchas más promesas que puedes encontrar en la Biblia, de manera que si el año que pasó no viste cumplidas esas promesas, pide del Señor paciencia y con esperanza espera maravillosas cosas que verás en el año que está comenzando…LO IMPORTANTE ES QUE EN OBEDIENCIA LO CREAS TU.

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