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Joven testifica de Dios tras recibir bala perdida

Estados Unidos es una nación que, últimamente, está experimentando milagros y un mover especial del Señor. En esta ocasión, se trata de un joven creyente que se salvó de una bala perdida gracias a un crucifijo metálico.



Se trata de Aiden Perry, de 20 años, natural del estado de Florida. El crucifijo que llevaba puesto era un obsequio de su padre, también creyente, quien confesó:

«Vino del corazón dárselo, pero nunca pensé que salvaría la vida de mi hijo.»

El milagro

Fue el 7 de junio cuando Aiden visitaba a un amigo y, accidentalmente, una pistola calibre .40 se disparó a pocos metros de distancia. La bala se dirigió a su pecho, justo donde se encontraba la cruz de su padre. El proyectil rebotó en el crucifijo, atravesó solo tejido graso, salió cerca de la axila y terminó alojándose en su brazo.

“Vi mucha sangre y pensé que iba a morir, honestamente”, relató el joven floridano a medios locales.

La cruz que colgaba de su cuello fue decisiva, según confirmó el cuerpo médico del HCA Florida Ocala Hospital. La doctora Khafra García-Henry explicó que el componente metálico del collar absorbió gran parte del impacto, desviando la trayectoria de la bala y evitando que alcanzara órganos vitales como el corazón y los pulmones.

“Si la cadena no hubiera estado ahí, el resultado habría sido completamente diferente”, afirmó la cirujano.

Un testimonio de fe

Los médicos señalan que la recuperación será larga, pero la familia considera que Aiden no solo tuvo suerte, sino que fue protegido por Dios.

“Creo que Dios jugó un papel muy grande en esto. Es la razón por la que sigo aquí hoy”, declaró Perry, quien ya era creyente antes del incidente, pero asegura que esta experiencia ha fortalecido su fe. “Es un recordatorio para nunca dejar de creer. Dios es definitivamente real.”

Incluso los profesionales de la salud, acostumbrados a ver casos graves, reconocen que lo ocurrido va más allá de la lógica:

“La ciencia médica puede explicar mucho, pero no todo”, expresó la doctora García-Henry.

El padre del joven expresó su gratitud al Señor y reconoció que el regalo de la cruz fue más que un simple detalle. La familia está muy agradecida con Dios y pide oraciones por la recuperación total de Aiden.


Reflexión

La historia de Aiden nos recuerda que Dios puede proteger y obrar de maneras inesperadas. Casos como este inspiran a mantener la fe y reconocer Su mano incluso en medio del peligro.

La Biblia enseña que Dios es protector de quienes confían en Él:

«Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.»
Salmo 119:114

Que este testimonio fortalezca tu fe. Dios te bendiga, estimada Comunidad de Impacto Evangelístico.